Capítulo 3

 

 

 

 

 

Llegaron las Navidades y Viv era otra. Por su recuperación no había podido asistir a la boda de Margie, pero sabía que había sido preciosa. El día de la boda lloró mucho pensando en su amiga y en Scott. Scott era un tema que no quería recordar pues desde que la habían operado no se había vuelto a poner en contacto con ella. Ni para felicitarla por el resultado de la operación. Le chocaba bastante que se trasladara desde Londres para impedirle que se operara y no se alegrara por su recuperación.

Viv suspiró mirándose al espejo. Su pelo brillaba, las ojeras habían desaparecido, había engordado unos kilos dejando su cuerpo maravillosamente formado y curvilíneo. Su piel brillaba sana, nada de ese color ceniciento. Era otra. Era la mujer que tendría que haber sido siempre. Bajó la mirada a la enorme cicatriz vertical que tenía entre los senos hasta  el estómago. Sorprendentemente no le repugnaba, sino que estaba orgullosa de ella. Había sufrido mucho hasta tenerla. Salió del cuarto de baño vistiendo sólo la ropa interior y fue hasta su armario, ahora plagado de prendas maravillosas. Su padre le había dado carta blanca para comprar lo que quisiera y Margie la había ayudado pasando juntas horas estupendas. Escogió un vestido de bandas elásticas que se adaptaban al cuerpo como una segunda piel, en verde esmeralda. Con su cabello caoba ese color resaltaba el color de sus ojos. Se puso unas medias color carne y unos zapatos nude. Su maquillaje quedaba perfecto con ese vestido y sonrió satisfecha. Estaba radiante. Era la noche de Navidad y sus padres daban una fiesta. Oyó el timbre de la puerta. Emocionada salió de la habitación pues creía que sería Margie para ver lo que se había puesto. Bajaba por las escaleras alegremente cuando lo vio. Scott había vuelto.

Siguió bajando las escaleras lentamente sin apartar la mirada de sus ojos que atentos no se perdían un detalle. La recorrieron de arriba abajo y un calor la envolvió.

- Scott- dijo sonriendo abiertamente llegando a su lado- has vuelto...-estaba guapísimo con su traje azul y su corbata roja. La corbata que ella le había regalado en las Navidades pasadas.

Él la miraba de arriba abajo y Viv se sintió orgullosa porque se sabía hermosa- Estás radiante- dijo suavemente.

-¿A que está preciosa?- dijo su padre con orgullo paterno- Tengo que espantar a los moscones cada tres segundos. –se acercó a Scott y le dio la mano –Me alegro de verte, hijo. Bienvenido a casa.

-Gracias, Steve- dijo sin apartar la vista de Viv. Un carraspeo los volvió a la realidad y los tres se giraron hacia una chica rubia de larga melena vestida de rojo que se acercó a ellos tímidamente.

-Oh, perdona Miranda- dijo Scott cogiéndola por el brazo para acercarla- Te presento a Steve y Vivianne Barms, ya te he hablado de ellos.

Viv estaba tan sorprendida de ver a aquella mujer allí acompañando a Scott que no sabía que decir mientras que a su padre no le faltaron las palabras- Pero bueno – dijo mirándola para que le diera la bienvenida a su invitada- me alegro que hayas venido.

Miranda sonrió tendiendo su mano y Viv vio un anillo de compromiso enorme. Sintió que el mundo se abría a sus pies- Le estoy muy agradecida de haber hecho un hueco para mí esta noche.

Viv miró a los ojos a Scott que tenía el rostro tallado en piedra y respiró hondo irguiéndose. Simulando su mejor sonrisa miró a su inesperada invitada- Me alegro de conocerte, Miranda. Bienvenida a Nueva York. –el timbre de la puerta volvió a sonar- Por favor, pasar al salón y serviros una copa mientras saludamos al resto de los invitados.

Su padre la miró escudriñando como se sentía y Viv se maldijo por ser tan transparente

- Hija- dijo al entrar sus siguientes invitados en el salón- ¿estás bien?

¿Bien? Quería morirse, pero sonrió disimulando- Claro papá, estamos en Navidad, mi época favorita.

Por fin llegó Margie con su marido y sus padres. Nada más llegar cogió a Viv del brazo y se la llevó al saloncito de abajo, cerrando la puerta tras ellas- Lo siento, no me dio tiempo a avisarte- dijo su amiga con cara de angustia- Llegaron hace una hora. No nos lo esperábamos.

Viv se encogió de hombros intentando tragarse sus lágrimas- Antes o después tenía que pasar. Estoy bien...

Margie la abrazó- Eres mi hermana, conmigo no tienes que disimular.

Ella no podía decir nada pero su amiga fue muy explícita- Estoy furiosa con él por su comportamiento. ¿Pero qué coño le pasa?

-Déjalo ya – dijo respirando profundamente abriendo la puerta y saliendo al hall- Vamos a divertirnos ¿eh? Bastantes penas hemos tenido ya.

Margie la miró de arriba abajo y se acarició el vientre que empezaba a estar abultado con su embarazo de cuatro meses- Estás preciosa, ¿me prestarás el vestido cuando expulse al alien?

Viv se echó a reír mientras entraban en el salón atrayendo las miradas de sus amigos que sonreían al ver a la hija de su amigo tan bien.- Te lo regalaré- y luego añadió maliciosa- pero sólo si te entra.

-Serás mala- dijo su amiga riéndose.

Su madre preocupada al ver la situación, se acercó a ella mirándola fijamente-¿Te encuentras bien?

-Claro- respondió resuelta sin darle importancia- Me parece que tendremos que hacer dos sitios en la mesa- miró a su madre a los ojos y añadió en bajo- lejos de mí.

Su madre asintió. Parecía triste y durante un segundo parecía que se sentía culpable. Pero Viv no le dio importancia mientras saludaba alegremente y con encanto a sus amigos. Llegó al grupo de Scott y sus padres. Saludó con un beso en la mejilla a Louise y a James bajo la atenta mirada de Scott. Parecían estar algo incómodos y Viv se apiadó de ellos alejándose para atender a otros invitados. De repente alguien la levantó cogiéndola de la cintura – ¿Quien es la mujer más bella de Nueva York?

Viv se echó a reír- Bobby ¡bájame ahora mismo!- exclamó entre risas. Bobby la bajó girándola como si estuvieran bailando para darle un sonoro beso en la punta de la nariz- Preciosa, hazme un hombre feliz y dime que te casarás conmigo. Como regalo de Navidad.

La gente se reía a su alrededor por el dramatismo de sus palabras, mientras Viv se desternillaba de risa.- Bobby Tempelton ¿Quién te ha invitado?- preguntó su padre divertido al amigo de su hija. Lo toleraba porque era buen muchacho y a Viv le caía bien.

Su amigo lejos de sentirse ofendido rió por lo bajo- Nada puede hacer que me separe de mi Viv. –Dijo cogiéndola por la cintura –Además tenía hambre.

Las risas continuaron. Viv sin querer miró en dirección a Scott que parecía muy enfadado, mientras discutía con su hermana sin quitarle a Viv la vista de encima.

El aperitivo duró otros veinte minutos. Viv frunció el ceño al ver como la madre de Scott y su madre hablaban agitadamente apartadas de todos. Preocupada se acercó a ellas, que no se dieron cuenta de su presencia.- Si llego a saber esto, nunca se lo habría pedido- dijo su madre mirando a Louise muy enfadada.

-No sé lo que pasa, te lo juro. Yo tampoco entiendo nada.

-¿Todo bien?- preguntó sobresaltándolas.

Su madre sonrió de oreja a oreja- Claro, cariño. ¿Puedes decirles a los invitados que pasen al comedor?

Viv asintió mirándolas preocupada- ¿No estaréis discutiendo?

-No, no- dijeron la dos a la vez. –Somos amigas desde hace mil años ¿de que íbamos a discutir?

Viv sonrió- Así me gusta, estamos en Navidad. La vida es para disfrutarla.

Se giró para encontrarse de frente con Scott que venía con una copa de lo que parecía whisky en la mano-¿Ese no es el segundo?- preguntó ella sorprendida.- Creía que no bebías.

La miró irónico- Esta es una ocasión especial- tomó un sorbo de su bebida y continuó- ¿Cómo te encuentras, Viv?

Ella miró a su alrededor nerviosa- Bien- le miró a los ojos- Mi médico dice que estoy casi perfecta.

-Me alegro- dijo mirando su escote donde sin querer se veía el principio de la cicatriz. Incómoda se subió el vestido.

-Me alegro que te alegres- contestó sonriendo mientras pasaba a su lado- Voy a decirle a la gente que pase al comedor.

Scott la cogió por la muñeca impidiéndole seguir-No quería hacerte daño.- Viv mortificada por sus palabras se sonrojó. Que él pensara que le dolía verle con otra la mataba, así que disimulando se hizo la sorprendida- ¿De qué hablas, Scott? Tú no me has hecho daño- se enderezó mirándolo de frente- Tu sólo eres un buen amigo que se preocupa por mí. No tengo nada que recriminarte.

Esas palabras le dejaron helado y Viv sonriendo se dio la vuelta intentando permanecer entera hasta llegar al baño. Se encerró en el cuarto de baño de servicio y se mojó las muñecas con agua fría- Estás bien, estás bien- se repetía mirándose al espejo- Todo va bien. Estás sana y eres feliz. Estás sana y eres feliz.

Un golpe en la puerta la sobresaltó- Hija, ¿estás bien?

Suspiró y secándose las manos, abrió la puerta para ver a su madre que la miraba muy preocupada.- Estoy bien, mamá- dijo cansada de repetir la misma alicantina.- me encuentro perfectamente.

Su madre se apretaba las manos muy nerviosa- Lo siento, pero estaba preocupada.

Viv sonrió y abrazó a su madre- Debes dejar de preocuparte. Ahora soy como cualquier otro hijo del mundo.

Su madre se echó a reír acariciando su pelo- Vamos al comedor, nos están esperando.

Suspiró deseando irse de allí. Entró en el comedor para encontrarse que el único hueco que había libre era en frente de Scott y al lado de Bobby. Gimió mirando a su madre y esta le guiñó un ojo antes de dirigirse a la cabecera de la mesa. Se giró para ir a su asiento, cuando se dio cuenta que Scott le estaba mirando el trasero. Se sonrojó pensando para sí misma que era una reacción masculina, nada más. Se dejó caer en la silla y tomó aire mirando a sus compañeros de mesa. Bobby a su derecha, Margie a la izquierda, Scott de frente y a su lado su pastelito, Miranda. Sonrió mirando a su invitada- ¿Qué tal tu estancia en Nueva York, te gusta?

Miranda sonrió cogiendo la copa del agua y mostrando su maravilloso anillo.  Viv no pudo evitar mirar el anillo y se revolvió incómoda en su silla. Scott frunció el ceño sin quitarle la vista de encima- La verdad es que ya conocía Nueva York. Ya he venido varias veces- dijo la novia de Scott antes de beber.

-¿Por trabajo?- preguntó Bobby que notaba ya que pasaba algo raro con su amiga Viv. Bobby le cogió a Viv la mano por encima de la mesa y se la apretó. Scott frunció los labios. Margie se mantenía callada y en tensión  mientras les servían el consomé de almejas.

-No, la verdad es que fueron viajes de placer con mi familia- dijo Miranda de manera agradable. Al ver que a Viv le servían una ensalada preguntó- ¿Estás a dieta? No tienes porque, tu cuerpo es perfecto.

Se hizo un silencio en la mesa bastante incómodo y Scott iba a decir algo pero Viv lo corto- Es por motivos de salud- dijo con una sonrisa- Debo vigilar mi dieta- y añadió de manera muy graciosa- aunque a veces escondo dulces en la habitación.

La gente de su alrededor sonrió pero Scott seguía tenso- No deberías hacer eso.

La tensión volvió y Viv lo miró a los ojos- Mis análisis son perfectos pero por favor, por una vez no hablemos de mí.- se giró hacia Miranda- Entonces te gusta Nueva York. Si te vas a quedar unos días podemos ir a la exposición de Vang gohg que hay en el MOMA.

La mirada de Miranda se iluminó- ¿De verdad? Me encanta, es uno de mis pintores favoritos.

-Es una desgracia que muriera pobre como una rata y sin haber vendido un cuadro.- dijo Bobby sonriendo.

-Si es triste que alguien de tanto talento muriera creyendo que no había hecho nada en la vida- dijo Miranda mirando a Scott.- ¿No crees?

-Solemos sobrevalorarnos- murmuró él cogiendo la copa de vino.- y siempre queremos más de lo que podemos conseguir.

Ese comentario iba dirigido a ella claramente y se enderezó. Margie suspiró dejando su cuchara en el plato- ¿Alguien ha visto el nuevo musical?

-¿El de las locas chillando?- preguntó Bobby intentando relajar la tensión- No soporto los musicales. Siempre salgo con dolor de cabeza.

Viv le sonrió- Tendríamos que ir al teatro para ver esa de misterio.

-¿Misterios? El Times dice que sólo hay sangre y más sangre- dijo su amigo riéndose.

-Si vais, me apunto- dijo Margie sonriendo- Antes de que la sangre me haga vomitar.

Los cuatro se echaron a reír, mientras Scott no se relajaba.

Les pusieron el segundo plato. Pescado gratinado con gambas para ellos, pescado a la plancha con limón para ella. Estaban hablando animadamente de la última película de Tom Cruise cuando sin darse cuenta Viv estiró el tenedor y cogió del plato de Bobby una gamba. Se la metió en la boca mientras su amigo protestaba, cuando se oyó que un cristal se rompía. Viv levantó la mirada para ver que la copa de vino de Scott se había roto y mientras el camarero intentaba arreglar el estropicio, Viv vio que una gota de sangre caía al mantel- Te has cortado- dijo levantándose y cogiendo su mano por encima de la mesa. Claramente enfadado intentó apartarse- Scott, no seas crío – dijo cogiendo su mano otra vez e intentando abrir su puño.

-Cariño, porque no le llevas al lavabo y le curas esa herida- dijo su madre desde el otro extremo de la mesa.

Viv le soltó la mano y sonrió- ¿Te fías de mí?

-Me lo estoy pensando- dijo levantándose de su asiento- Volvemos enseguida.

-No os deis prisa- dijo Bobby malicioso- Así mis gambas estarán a salvo.

Viv le sacó la lengua- Serás roñica.

Bobby, Miranda y Margie se echaron a reír mientras Viv seguía a Scott al lavabo de servicio.

El sitio no era muy grande y Viv estaba un poco avergonzada. –Siéntate en el inodoro- sugirió ella para poder pasar. Abrió el armarito de debajo del lavabo y sacó todo lo que pudiera necesitar. Él la traspasaba con sus ojos grises sin decir nada y Viv cogió su mano. Al ver que no la abría, le miró alzando una ceja- Como no me dejes ver la mano nos quedaremos aquí hasta mañana.

Scott abrió la mano y Viv jadeó- Te has hecho un buen corte – dijo mirando la mano y limpiándosela bajo el agua- Scott, creo que necesitas puntos.

Scott se miró el corte indiferente- Véndamela y ya. No necesito puntos.

Viv se mordió el labio inferior mientras le aplicaba el antiséptico- Estoy segura de que necesitas puntos, deberías ir al médico.

Al ver que no le respondía levantó la vista, encontrándose con la mirada de Scott. Se la estaba comiendo con los ojos y Viv se puso nerviosa- ¿Scott?

Viv nerviosa desvió la mirada y le vendó rápidamente la herida- Deberías ir al médico cuanto antes- dijo muy nerviosa guardando las cosas en el botiquín.

-¿Te han vuelto a besar?- preguntó ronco justo detrás de ella. Viv se levantó lentamente y se giró para mirarle.

-No creo que esta conversación sea apropiada –dijo en voz baja sin poder desviar la vista de su rostro. Esas cejas negras, esos ojos grises que parecían hipnotizarla, su nariz recta y sus labios. Esos labios la estaban matando desde que lo había vuelto a ver pensando en su beso- Deberíamos volver- dijo débilmente.

Él dio un paso hacia ella dejándola pegada al lavabo- Volveremos en un segundo cuando me hayas contestado. –Levantó la mano sana y le acarició la mejilla- Estás preciosa. Nunca podría haber imaginado que estando sana fueras tan hermosa.- Viv tembló por su contacto – Aunque tú siempre has sido guapa, ahora me dejas sin aliento- su voz era hipnotizante mientras le acariciaba la mejilla para llegar a sus labios- Responde a mi pregunta ,Viv –susurró acercando su cara – ¿te han vuelto a besar?.

Viv temblando de anhelo al sentir su aliento sobre sus labios cerró los ojos- Scott...-gimió ella cuando rozó sus labios.

-No me has contestado, cielo- susurró él poniendo a Viv los pelos de punta- ¿Quién te ha besado?

-Nadie- gimió ella dolida de deseo.

Scott se enderezó sonriendo satisfecho- Bien.

Viv sorprendida y frustrada vio como salía del baño dejándola plantada. ¡Será cerdo!, le insultó ella mentalmente mientras intentaba dejar de temblar y reponerse. ¿A qué juego retorcido estaba jugando con ella? Se preguntó. ¡Y con su novia en la mesa cenando! Indignada se apartó el pelo de la cara y enderezó la espalda antes de volver a la mesa. Se sentó sonriendo y después de una mirada a Scott, supo que le había alegrado la noche. Estaba mucho más contento. Viv le miró entrecerrando los ojos. Quería jugar, pues a ella le encantaban los juegos. Se volvió a Bobby y le sonrió acaramelada- Bob… no me has dado un beso de Navidad.

Bobby abrió los ojos como platos y acercándose le dijo en voz baja  al oído.-Cariño, ¿sabes que soy gay, no?

Viv se echó a reír porque todo aquello tenía mucha gracia.-Sí cariño, claro. –levantó una mano y le acarició la mejilla. Se acercó a su oído y le dijo suavemente como si lo estuviera seduciendo- Pero tengo que dar una lección a alguien y tú me vas a ayudar.

Su amigo la miró con picardía mientras la levantaba entre risas y la acercaba al muérdago colgado sobre la puerta del comedor- ¡Esta es la mejor Navidad de mi vida!- exclamó en voz alta entre las risas de los allí reunidos.

-Tienes que ser convincente- dijo ella entre dientes mientras le abrazaba por el cuello y se pegaba a el pegando sus pechos a su torso.

-Tranquila cielo, lo he hecho antes- sin mediar mas palabras la abrazó por la cintura mientras se apropiaba de su boca. No fue un mal beso, en realidad cuando le metió la lengua en la boca no fue del todo desagradable. La gente jaleaba desde la mesa hasta que Bobby bajó la mano de su cintura y le agarró el trasero- ¡Bobby Tempelton, suelta ahora mismo a mi hija!- exclamó su padre.

Viv se sonrojó y medio atontada volvió a la mesa dando ligeras reverencias mientras Bobby levantaba los brazos como Rocky ante las risas de la gente.- ¡La mejor Navidad de mi vida!

Margie se partía de la risa y Scott los miraba como si quisiera matarlos, mientras Miranda lo miraba con el ceño fruncido. Estaban colocando los postres en la mesa que eran variados y sabrosos para que cada unos escogiera lo que más le gustaba. Viv guiñándole un ojo a Margie cogió un trozo de pastel de chocolate y se lo comió mirando a Scott con una sonrisa y relamiéndose. Mientras servían el champán que Viv rechazó cogió un trozo de turrón. Un postre español que el doctor del Valle les había enviado. Se lo iba a meter en la boca cuando Scott dijo fulminándola con la mirada- No te atrevas.

-Scott- le advirtió Margie- Sabe de sobra lo que tiene que hacer. Ya es mayorcita.

Viv amplió su sonrisa mientras se metía el dulce en la boca- Delicioso, me comería toda la tableta.

Cuando estiró la mano para coger otro dulce, cogió un mazapán en forma de estrella.- Viv…-Scott ya se estaba levantando cuando Vivianne se lo dio a Bobby – Bob pruébalo, te encantará.

-Viniendo de ti, seguro – dijo Bobby abriendo la boca.

Viv se echó a reír y se lo metió en la boca como a los antiguos patricios.- Bob- dijo ella siguiendo el juego- porque no nos vamos a bailar tú y yo.

Bobby se echó a reír- Claro, cielo- se acercó y le dijo al oído en voz lo suficiente alta para que lo oyeran los más cercanos- si quieres podemos bailar toda la noche.- lo dijo de tal manera que estaba claro que bailar, iban a bailar poco.

Viv se echó a reír viendo como Scott echaba humo mientras Miranda la miraba divertida.

Margie le pellizcó el muslo indicándole que no se pasara. Cuando se terminó la cena pasaron al salón donde la música sonaba suavemente. Antes de darse cuenta, Scott le había cogido de la muñeca y la llevaba hasta la improvisada pista de baile donde estaban sus padres bailando- Parece que te has soltado el pelo, ¿no Viv?- preguntó Scott entre dientes mientras ella se intentaba separar de su abrazo.

La sujetaba firmemente por la cintura, mientras ella le empujaba por los hombros disimuladamente- ¿Y a ti qué te importa?- preguntó furiosa.

Él la apretó a su cuerpo y Viv lo miró asustada al notar su excitación- ¡No me gustan tus juegos, Scott! ¡Suéltame!

-¿Y quién está jugando?- preguntó furioso- Eres tú la que lo hace. Quien juega con fuego se termina quemando.

El calor que sintió en su estómago casi la abrasa mientras se perdía en sus ojos grises- Viv...

Dijo su nombre de tal manera que la hizo estremecer. Miró a su alrededor confusa y vio a Miranda hablando con Bobby. Eso la hizo reaccionar- Suéltame, Scott- rogó llevando sus manos hasta las de él para que la soltara.

Él suspiró y dejó caer los brazos mientras la miraba con ojos de acero. Viv se dio la vuelta dejándolo sólo en la pista. Subió las escaleras y se refugió en su cuarto. Temblando se sentó en la cama. Su madre entró en la habitación y la miró.-Cariño, no debes alterarte por ellos- dijo sentándose a su lado y acariciándole la espalda- Todo se arreglará, ya verás.

Viv hizo una mueca cuando Margie entró en la habitación-¡Bien por ti! –exclamó su amiga contenta.

Cuando entró Louise puso los ojos en blanco- ¿Queda alguien en la fiesta?

Las cuatro se echaron a reír hasta que Louise dijo indignada- ¿Qué verá en esa mujer? Nuestra Viv es preciosa y es mucho más divertida.

La aludida gimió de humillación-¿Hay alguien en esta ciudad que no sepa que Scott me gusta?

Margie la miró interrogante y de repente se le pasó una idea por la cabeza- ¿Scott lo sabe?-Margie miró a su madre- ¿Scott lo sabe?

Louise sorprendida se encogió de hombros- Supongo, nunca hemos hablado de eso aunque supongo que lo habrá hablado con tu padre.

Viv se dio cuenta de lo que Margie quería decir y se levantó sobresaltada- Ni se te ocurra humillarme más. Por el amor de Dios, ¡su prometida está abajo!

Su madre se movió nerviosa y la miró como pidiéndole disculpas- Todo es culpa mía. Le pedí que se fuera y todo es culpa mía.

Louise se acercó a su amiga y la abrazó- Hiciste lo que creías que estaba bien, por el bien de tu hija. No hiciste nada malo.

Viv y Margie las miraban sorprendidas- ¿De qué estáis hablando?- preguntó con miedo- ¿Qué hiciste mamá?

Su madre se limpió las lágrimas – Dos años después de que te diagnosticaran tu enfermedad, Scott vino a verte. Tú estabas en el salón y tu pulsímetro empezó a sonar. Os reísteis de ello. Él bromeaba contigo y no os lo tomasteis en serio. Me asusté y cuando se iba lo llamé aparte. –Apretaba sus manos y Viv se las agarró para consolarla mientras continuaba- Le dije que no te visitara más.

Margie jadeó sorprendida pero no la interrumpió- Le dije que por tu bien, tenía que irse. Si salía de la ciudad mucho mejor, para que tú no pensaras que no te quería ver. Para que no sufrieras.

Viv sintió que se le caía el mundo encima- ¿Me estás diciendo que Scott se fue a Londres para no verme?

-Para que tú no te sintieras excluida por él- dijo Louise- Si se hubiera quedado en la ciudad tú lo hubieras notado.

Estaba horrorizada-¿Le desterrasteis para no hacerme daño?

Margie estaba tan horrorizada como ella- ¿Y su vida qué?

Su madre y Louise las miraron decididas- En ese momento los sentimientos de Viv nos parecieron más importantes. Nadie quería que se sintiera rechazada por él.

Viv se pasó una mano por el pelo angustiada- Entonces sí sabe lo que sentía por él ¿no?

-¡No!- dijo Louise- Estoy segura que sentía que le tenías cariño. Y él te lo tenía a ti y por eso se fue. Al fin y al cabo recibías pocas visitas. Es normal que le apreciaras.

Viv se emocionó- Me tenía cariño y se desterró a sí mismo para no hacerme daño. ¿Es lo que me estáis diciendo?

-Eso suena un poco raro- dijo Margie frunciendo el ceño.- Ningún amigo mío se iría a otro país para no herirme.

-Salió la oportunidad del puesto en Londres y lo aceptó sin dudar- añadió Louise.

Su padre entró en la habitación- ¿Ocurre algo?- preguntó al ver a su mujer con lágrimas en los ojos.

Su madre miró a su amiga Louise con remordimientos y Viv se dio cuenta de que su padre y su socio no sabían nada del asunto. Se quedó con la boca abierta de que les hubieran ocultado algo así.

-Papá ¿por qué no te llevas a mamá abajo y le das una copa? Se ha emocionado en nuestras primeras Navidades sanos. - dijo contenta.

Su padre abrazó a su mujer con cariño y se dio cuenta de lo mucho que habían sufrido por ella. Era algo complicado lo que sentía en ese momento. Estaba agradecida por lo bien que la habían cuidado, mientras tenía ganas de gritar por los años que les habían quitado de sonrisas y charlas. Viv suspiró viendo como la dejaban sola con Margie.- Todavía no puedo creer que Scott aceptara algo así.

Su amiga la miraba sin verla mientras, sus células grises trabajaban a toda máquina- ¿Qué estás tramando?- preguntó Viv.

-Shuuss- la calló su amiga- déjame terminar…

Unos segundos después Margie la miró con una media sonrisa- Ya sé lo que está pasando.