Capítulo 11

 

 

 

 

 

Al día siguiente fue a desayunar con Sara que estaba preocupada por ella. Al ver que estaba bien se alegró mucho y estuvieron hablando un rato.

Se pasó toda la mañana trabajando y era casi la hora de comer cuando llamaron a la puerta.- ¿Si?

La puerta se abrió y apareció un hombre de unos cincuenta años, calvo y vestido con un traje caro que traía una cara de muy mala leche. Viv sonrió-¿Puedo hacer algo por usted?

-¿Quién coño te crees que eres para cambiar mis planos?

Viv totalmente sorprendida se levantó de su asiento- Perdone. ¿Pero usted quién es?

-¡Soy Mark Higgings, el jefe de arquitectos!- gritó él entrando en el despacho.

-Por favor, baje la voz. –dijo enfadada –no estoy sorda.

-¡No estarás sorda y sin duda eres muy lista!- dijo mirando su blusa amarilla con lascivia- ¡Seguro que te habrás tirado a alguien para conseguir este puesto pero a mí no me vas a joder!

Viv estaba totalmente asombrada, pero sobre todo estaba asustada porque la violencia que emanaba de ese hombre era palpable.- ¿Por qué no se tranquiliza y me dice que es lo que le molesta? – Vio a través de la puerta abierta que mucha gente se estaba acercando a escuchar.

-¿Piensas que vas a cambiar mis planos, pasando por encima de mí y diciéndoselo al jefe? ¡Llevo treinta años en esta profesión y nunca había visto algo tan inaudito!

-Se me pidieron esas especificaciones, si tiene algún problema hable con el Señor Brighton- dijo ella con calma.

-Si eso es así ¿por qué estás aquí escondida? ¿Por qué no se me ha informado? –de repente la miró con los ojos entrecerrados-¿Tienes la titulación para hacer ese trabajo?.Me pareces demasiado joven.

-Yo...- no sabía que decir- No tomo medidas, sólo hago los  cambios que a mi entender son mejores.

-¡A tu entender!- gritó el hombrecillo.

-¿Qué pasa aquí?

Viv miró hacia la puerta para ver a Scott apartando a la gente. El alivio la invadió.- Menos mal que has llegado

-Ahora lo entiendo todo. –dijo el hombre riendo- Te tiras al jefe.

Viv se sonrojó mientras sus compañeros murmuraban.

-Cuidado Mark- dijo Scott amenazante dando un paso al frente- Por lo visto hoy tienes la lengua suelta.

-¡No pienso tolerar que tu putita cambie mis planos!- dijo el arquitecto fuera de sí.

Scott agarró por el cuello al hombre- Me muero por partirte la cara, así que mas vale que te disculpes con la señorita Barms ahora mismo.

-La señorita Barms- farfulló mirando a Viv mientras agarraba a Scott por la muñeca.

-¡Sí, acabas de insultar a la hija de uno de los fundadores! ¡Así que discúlpate ahora mismo pues tiene todo el derecho a cambiar lo que le dé la gana de sus edificios!- Scott estaba fuera de sí.

-Suéltalo, Scott –dijo ella acercándose y cogiéndolo por el brazo.- Todo esto me está poniendo nerviosa. Por favor, suéltalo.

Scott lo soltó inmediatamente. El hombre la miró con odio- No pienso quedarme en una empresa donde no se me valora.

Viv estaba indignada-¿Acaso piensa que después de este episodio iba a seguir trabajando aquí? – Se colocó delante de él y señaló a la puerta- ¡Lárguese de aquí ahora mismo! Ni se le ocurra volver a su despacho. Un guardia de seguridad le acompañará a la puerta. Ya le mandaremos sus cosas.

Scott la miró alzando una ceja y ella se sonrojó al ver que se había extralimitado. Scott miró al jefe de arquitectos.- Ya lo ha oído.

El hombre rojo de furia empujó a sus compañeros al salir.

-¡Volver al trabajo!- gritó Scott antes de cerrar la puerta. La miró mientras ella se dejaba caer en el sillón – ¿Estás bien?

Viv con la cabeza apoyada en el respaldo del sillón sonrió con los ojos cerrados.-Acabamos de perder al arquitecto jefe y todo por mi culpa.

-Ese imbécil se lo estaba buscando desde hacía tiempo- dijo él acercándose a ella y apoyándose en la mesa.- ¿Tienes el calmante?

-Estoy bien- ella abrió los ojos y sonrió- ¿Qué vas ha hacer ahora?

La miró divertido – ¿Querrás decir vamos? ¿Intentas dejarme el marrón?

Viv sonrió.

-Vamos- dijo levantándola cogiéndola del antebrazo.

-¿A dónde?- preguntó sorprendida.

-Al departamento de arquitectura.

Ella le siguió hasta el tercer piso un poco nerviosa. Cuando llegaron la gente estaba en pequeños grupos rumoreando- Viv ¿qué pasa?- dijo Roger acercándose.

-Ahora os enterareis- contestó Scott cogiendo a Viv del brazo.

Se acercaron al centro de la habitación –Escucharme todos.- Todo el mundo se quedó callado y se volvieron para mirarlos- Os presento a Vivianne Barms, hija de Steve Barms. -Viv sonrió.- El señor Higgings ha sido despedido con efecto inmediato. –Viv nerviosa se apretó las manos mientras la gente murmuraba- A partir de este momento quiero que todos los proyectos sean suspendidos excepto el del Palacio de Artes y Congresos. Vosotros sois arquitectos y este es el momento para que expongáis vuestras ideas. La señorita Barms escogerá los que considere más oportunos para que nosotros elijamos el que más nos convenga.

La gente sonrió encantada. Era una oportunidad para todos ellos y lo sabían- Espero que lo deis todo, porque este proyecto es muy importante para la empresa.- dio una palmada –Vamos, a trabajar.

Roger levantó los pulgares sonriendo y Viv sonrió sin ganas-¿Scott, qué has hecho?-murmuró entre dientes

Él levantó una ceja- Tienes ojo. Aunque no seas arquitecta, lo has visto toda tu vida y sabes lo que más conviene a un diseño. Tienes que confiar en ti misma.

Scott señaló una puerta – Allí está tu nuevo despacho. Suerte.- y sin mas la dejó sola allí en medio de la gran sala con la boca abierta.

Viv miró alrededor. Todos se habían colocado en sus mesas y estaban concentrados en su trabajo.

Fue hasta su despacho y una chica rubia muy guapa se acercó a ella- ¿Señorita Barms? Soy Betty, su secretaria.

-Betty, llámame Viv- dijo abriendo la puerta- ¿Puedes encargarte de meter en una caja todo lo que pertenecía al señor Higgings?

-Por supuesto.

Y así empezó su nuevo trabajo. La verdad es que era un ascenso meteórico .En una semana ya era jefa de arquitectos, sin haber cogido una cinta métrica en su vida.

 

Fue un día muy ajetreado pues después de acomodarse en su nuevo despacho, comenzó a recibir arquitectos que querían enseñarles sus proyectos para el nuevo Palacio de Congresos. Muchos habían hecho proyectos para la convocatoria anterior y el jefe de arquitectos no les había dado la oportunidad de enseñárselos. Aquel hombre era un egocéntrico incompetente. Había verdaderas maravillas y Viv se quedó encantada con alguna de las propuestas. Sólo tenían cinco días para hacer los planos y preparar el dossier de presentación al ayuntamiento con los presupuestos y las calidades. Tenían el tiempo contado, así  que tenían que decidirse rápidamente. No les daría tiempo a hacer la maqueta pero no importaba demasiado, porque cuando tuvieran que exponer su proyecto después de la primera criba, ya estaría preparada.

Viv estaba mirando atentamente el proyecto de Roger que era clásico e innovador a la vez cuando llamaron a la puerta.- ¿Sí? –preguntó distraída

-¿Cómo va todo?- preguntó Scott con una mirada penetrante que le hizo temblar las piernas

Viv desvió la mirada a los planos- Hay tres proyectos que me parecen espectaculares.

-¿De verdad?- preguntó sorprendido acercándose a ella y mirando el plano por encima de su hombro.

Viv sintió el aliento en su nuca y se estremeció. Miró el reloj nerviosa, quedaban diez minutos para salir. Se separó de él sin rozarlo y fue hacia su abrigo. -Mañana por la tarde te llevaré los que crea que son los mejores y así podréis decidir. Hay que hacer el presupuesto y las calidades.

Scott frunció el ceño al ver que se ponía el abrigo- ¿Ya te vas? Supongo que estás cansada.

Ella sonrió cogiendo su bolso.-En realidad voy a ver un apartamento. He quedado.

Scott se tensó y metió las manos en los bolsillos del pantalón del traje gris que llevaba- ¿Por qué no te lo piensas un poco?

Viv se paró en seco y le miró a los ojos- ¿Pero qué dices?- La esperanza comenzó a crecer en su interior

-Piénsate un poco lo de irte a vivir sola, Viv ¿Y si necesitas algo? ¿Y si te da otro ataque de ansiedad? ¿Quién te va a cuidar? Si estás cansada ¿quién te va hacer la comida?

La esperanza desapareció para comenzar a enfadarse- ¡Pues contrato a una interna!

Salió del despacho dando un portazo dejando a Scott con la boca abierta.

 

El apartamento era un asco, no sólo era pequeño y sin luz, sino que había suciedad y muebles rotos por todos los sitios. Las fotos debían ser de hacía veinte años porque no se correspondía en nada con la realidad.

Decepcionada con Scott, y con el posible apartamento volvió al hotel. Se estaba cansando de la actitud de Scott, ¿pero quién se creía que era para rechazarla de esa manera? ¡A ella! No era por nada, pero era guapa, divertida, inteligente, buena anfitriona… sería una esposa excelente. Buenísima. Además le adoraba. ¿Qué más quería? El enfado fue subiendo de nivel a medida que se acercaba a su hotel. Tenía que volver a cenar sola por su culpa y lo odiaba. Tendría que volver a Nueva York y darle el pasaporte. Seguro que en cuanto se pusiera en circulación le saldrían pretendientes a patadas. ¡A patadas! Con paso firme entró en el hotel saludando al portero con una sonrisa.

Pasó el hall sin fijarse en nada cuando la voz de una mujer la llamó-¿Viv?

Se giró buscando alrededor para ver a Miranda levantándose de unos sillones con una sonrisa. Llevaba un vestido color cereza espectacular y Viv que en ese momento se sentía cansada y hecha un desastre gimió.- Miranda, que alegría verte- dijo acercándose con una sonrisa.

-Scott me dijo que estabas hospedada aquí- dijo ella dándole dos besos- ¿Vamos a tomar un té? Quería comentarte algo.

-Es que estoy un poco cansada…

-Prometo no entretenerte mucho- dijo ella perdiendo parte de la sonrisa- Sólo serán cinco minutos, te lo prometo.

Viv se sintió fatal.-Está bien.- forzó una sonrisa- ¿Vamos al bar?

Miranda sonrió –Sí, claro.

Cuando se sentaron en una de las mesas del bar y pidieron dos tes, la antigua prometida de mentira de Scott comenzó diciendo– Te preguntarás que hago aquí…

“Pues sí”, pensó ella haciendo un gesto sin darle importancia.

-La verdad es que quería explicarte porque fui a Nueva York con Scott, porque me pareció que eso creo cierta tensión entre él y tú, que yo no quería que ocurriera.

-No hace falta que me expliques nada- dijo ella incómoda.

-¡Pues te vas a enterar!- dijo crispada sorprendiendo a Viv que la miró con la boca abierta. Al parecer tenía carácter.- Yo he tenido problemas con mi novio. Me quedé embarazada y él me pidió matrimonio…

“Que suerte tienen algunas” pensó Viv irónica sin interrumpirla bebiendo un poco de té.

-Pero por una desafortunada llamada de teléfono que yo escuché a escondidas, me di cuenta que me había pedido matrimonio por el niño- dijo triste. A Viv le dio pena- Así que decidí irme un tiempo para aclarar las ideas, antes de hablar con él. Cuando me encontré con Scott por casualidad, me vio tan disgustada que me ofreció pasar las Navidades en Nueva York con su familia. – Marian la miró sorprendida – ¡Ni me imagine que no le diera explicaciones a nadie y que todos creyeran que yo era su prometida al ver mi anillo!

Hubo un silencio muy molesto- ¿Y por qué seguiste el juego?- preguntó interesada

-Porque él me dijo que le debía un favor, que sólo iban a ser unos días. No perjudicaríamos a nadie.

-Ah, ¿si?- preguntó enfadada.

-Era sólo cuestión de fingir.

-¿Te explicó la razón?-preguntó entre dientes

Marian la miró culpable- Me dijo que así tú no sufrirías porque te creías enamorada de él. Scott nos había hablado de ti antes, con mucho cariño. Te aprecia muchísimo.

Todo aquello era tan humillante que se sonrojó intensamente. No sabía que decir, pero no hizo falta porque Miranda continuó- Lo que no me podía imaginar es que él estuviera interesado en ti y me pusiera de parapeto entre vosotros. Me sentí muy incómoda y quería disculparme por mentiros a ti y a tu familia.

-No pasa nada- dijo ella agotada- Perdona pero tengo que irme. Tengo que descansar.

Marian se levantó- Este sábado es la fiesta de compromiso.

-Al final lo arreglasteis, ¿eh?- preguntó sonriendo.

-Afortunadamente sí- su sonrisa era radiante- Me gustaría que asistieras.

-No sé…

-Es a las siete en el Ambassador- dijo Marian rápidamente- Si te apetece, acércate. A Martin y a mí nos encantaría que asintieras. –de repente se echó a reír- Mi prometido dice que eres un peligro con los cuchillos.

Viv no pudo evitar reír.- Asistiré si me encuentro bien.

Marian asintió.

Se despidió de ella y subió a la habitación. Estaba que trinaba. Ya sabía que había fingido que ella era su prometida, pero escucharlo de labios de Miranda era tan humillante que en ese momento sólo le apetecía matarlo.

Decidió darse un baño. No tenía velas, ni sales de baño y de eso también le echó la culpa a Scott. Cuando se metió entre las burbujas suspiró de gusto. Justo en ese momento le sonó el móvil. Estiró el brazo y lo cogió – ¿Diga?

-¿Viv?

Se puso tensa al escuchar la voz de Scott- ¿Sí?

Hubo silencio al otro lado de la línea- ¿Estás ahí?- preguntó ella molesta.

-Sí- contestó él con voz cansada.

-¿Y qué se te ofrece?- preguntó irónica.

-Me parece que no estás de humor para oírme.

-Pues igual tienes razón. En este momento no me apetece hablar contigo, porque acabo de recibir la visita de tu supuesta imaginaria prometida y estoy de muy mala leche.

Él chasqueó la lengua- Ya te había contado eso...

-¡Sí, pero oír como una desconocida sabe lo enamoradísima que estoy de ti y que tú sólo quieres que yo no te acose desesperada por poseerte, me pareció un poco humillante! – gritó ella a punto de tirar el teléfono contra la pared.

-Estás exagerando.

Viv miró el teléfono sorprendida ¿Se estaba riendo? ¡Sería cerdo! Se puso el teléfono en el oído y dijo entre dientes – ¿Te parece gracioso? Pues mira lo gracioso que es esto.

-Viv…-dijo advirtiéndola              .

-No, no escúchame- echó una carcajada totalmente falsa- Esto es de lo más divertido, ya verás.- se puso el teléfono delante de la boca y gritó antes de colgar -. ¡Vete a la mierda!- después apagó el teléfono. Lo que le faltaba, encima se reía de ella.