Capítulo 10

 

 

 

 

 

Cuando salió de la habitación Scott y ella se quedaron en silencio. Después de unos minutos, Viv lo miró de reojo. Sabía lo que estaba pensando- Esto no tiene nada que ver contigo.

Scott se separó de ella y fue hasta la ventana- Sí tiene y lo sabes. Yo te traje a Londres y te puse a trabajar. Por no hablar de nuestro episodio juntos.

-No es culpa tuya que yo viniera- dijo ella sintiéndose culpable- podría haberme negado. Papá hubiera cambiado de opinión. Vine porque quise.

Él se giró mirándola fijamente- Yo le dije a tu padre que aquí estarías bien y mira lo que te ha pasado.

-Te repito que la culpa es sólo mía. Es mi cuerpo y soy yo la que le tengo que poner sus límites. Soy yo la que cogía las cajas sin decirte nada. Soy yo la que sale después de estar todo el día trabajando y me acosté contigo porque yo quería. Nadie me ha obligado a nada.

Scott la miró con los ojos entrecerrados.- Vas a volver a casa.

-No –dijo sonriendo –no quiero y como te he dicho no puedes obligarme.

-Eso ya lo veremos…

-¿Por qué no te vas a casa a dormir? – sugirió ella con una sonrisa- Tardarán un rato en hacerme la prueba y luego me tengo que quedar una noche para ver que no haya ningún problema.

-No me pienso mover de aquí.

Viv suspiró. Llamaron a sus padres y a Margie, que estuvo mucho rato hablando con ella. Aunque en realidad hablaba su amiga pues ella sólo respondía con monosílabos porque Scott estaba delante traspasándola con la mirada.

Llegó la enfermera para prepararla y Scott se acercó a ella. Le acarició la mejilla- Estaré aquí cuando despiertes ¿vale?

Viv sonrió mirándolo a los ojos- Vale.

Scott se acercó y le dio un suave beso en los labios. Se la llevaron  y Viv giró la cabeza para verlo.

 

La prueba fue bien y Scott estaba allí cuando se despertó. Ella le sonrió atontada mientras Scott le apretaba la mano. El doctor del Valle le dio instrucciones. Reducir su actividad hasta la próxima prueba, aunque llevando una vida normal. Para alegría de Viv le dijo que podría tomar una copa de vino de vez en cuando y también comerse una buena hamburguesa si le apetecía una vez a la semana. Nada de embarazos hasta su próxima prueba. Cuando el doctor dijo eso se sonrojó hasta la raíz del pelo y Scott se echó a reír. Sino tenía fiebre podía irse a la mañana siguiente. Se despidió de ella pues volvía a Barcelona y ella se lo agradeció mucho. Había sido muy amable por ir hasta allí.

Scott por insistencia de Viv se fue a casa a dormir. Pero cuando ella se despertó allí estaba durmiendo en la silla. Aprovechó para mirarlo a gusto. Era tan guapo y masculino. Sus antebrazos estaban al descubierto pues se había enrollado la camisa hasta los codos y su vello moreno la alteró recordando cuando lo había acariciado. Se moría porque la volviera a tocar y se lamió los labios recordando como la acariciaban sus manos.- ¿Qué piensas?

Viv se sobresaltó y lo miró a los ojos. Notó que se sonrojaba y él sonrió con picardía. Se levantó y se acercó a la cama- Deberíamos pedir el alta.-dijo ella nerviosa.

Scott rió entre dientes sentándose en la cama- No antes de que me digas que era lo que pensabas.

Viv se rió nerviosa- ¡No!

Él le acarició el brazo y Viv se estremeció perdiendo la sonrisa poco a poco.-No hagas eso- dijo en un murmullo.

-¿Por qué?

-Porque no me quieres –susurró perdiéndose en sus ojos grises.

Su mano paró en seco y la miró serio- Pero...

-Sino me quieres tienes que dejarme seguir mi vida, Scott.

Él se levantó de la cama muy tenso- Voy a por el alta. Te he traído ropa. Pediré a alguien que te ayude.

Viv asintió.

 

Salieron del hospital una hora después. Scott estaba muy callado y ella tampoco quería hablar. Era sábado y tenían todo el fin de semana por delante. Se sentó en el sofá y se arrancó el enorme apósito que tenía en el cuello.- Viv voy a preparar el desayuno.

Ella se levantó- Te ayudo.

-No, siéntate y descansa.

-Estoy bien –dijo ella enfadándose- Sino no me hubieran dado el alta.

Scott se enfrentó a ella.- ¡Si estás enfadada es porque no te he dicho que te quería!

Ella le miró asombrada- Tendrás cara, ¡eres tú el que estás enfadado porque ya no me quiero acostar contigo!

Él entrecerró los ojos- No voy a negar que te deseo pero si me estás presionando para que te diga que te quiero ¡vas lista!

-¿Qué yo te estoy presionando? ¡Pero si he hecho lo que tú querías! –dijo señalándolo con los ojos como platos- Y si luego quedo con alguien me pones mala cara.

-¡Puedes acostarte con quien te de la gana!-gritó furioso

-¡Bien!

Se miraron con la respiración agitada y antes de darse cuenta, estaban uno en brazos del otro besándose apasionadamente. Scott la cogió en brazos devorándola mientras Viv se aferraba a su cuello. Llegaron a la habitación a trompicones. Viv gimió cuando la tumbó en la cama y le besó el cuello mientras le desabrochaba los pantalones rápidamente. –Nena, no puedo esperar…-susurró él quitándole los vaqueros y las bragas de golpe. Viv abrió las piernas mientras él se ponía rápidamente el preservativo. Le acarició las piernas, mientras se colocaba sobre ella .Viv le besó desesperada y le acarició el cabello haciéndolo gemir. Entró en ella suavemente y Viv gritó. Scott la embistió dulcemente mientras ella se estremecía de placer. Poco a poco aceleró el ritmo volviéndola loca. Gritó al sentir como se tensaba su interior, haciéndola explotar.

Unos minutos después, Scott recuperando la respiración se separó de ella.-Dios mío.

Viv se sonrojó. Ni se habían quitado la parte de arriba de la ropa. –Ha sido la última vez- dijo ella mirando el techo.

Él se sentó en la cama y la miró levantando una ceja. Ella avergonzaba se sentó a su lado- De verdad.

Scott la agarró por la nuca y la besó en la boca- Dime eso dentro de un rato.

Viv gimió cuando le metió la mano debajo de la camisa- ¿Otra vez?

Él se separó un poco-¿Estás cansada?

Viv atrapó su boca tumbándolo en la cama y colocándose sobre él.

 

Así pasaron el fin de semana, prácticamente sin salir de la cama. Él pedía la comida por teléfono en los intervalos de descanso que le daba y Viv estaba maravillada con todo lo que le estaba enseñando. El domingo por la noche tirados en el sofá viendo una película mientras comían comida china sonó el teléfono.-Es Margie- dijo ella sonriendo descolgando- Hola.

-¿Cómo va todo? No me has llamado en dos días, me estaba empezando a preocupar.

Viv hizo una mueca- Pues estoy bien- miró a Scott que seguía viendo la televisión mientras se comía un rollito de primavera.

-No estás muy habladora, ¿está ahí?- preguntó su amiga riendo.

-Pues sí.

-Vete al baño y llámame- dijo su amiga conspirando.

-Bueno, entonces ya te llamo mañana.

-No, llámame ahora.

-Eso mañana.

Colgó el teléfono y dijo –Voy al baño.

Scott levantó una ceja y la miró de arriba abajo con deseo. Ella sólo llevaba puesto una camiseta de él, tenía el pelo revuelto y los labios hinchados. Se sentía muy sexy. Sonrió y se giró directa al baño.

Sin perder el tiempo llamó a Margie- Al grano, que no tengo mucho tiempo.

-Pues empieza –dijo su amiga impaciente.

-Después de salir del hospital nos hemos pasado todo el fin de semana en la cama- quizás había abreviado demasiado pensó mientras se sentaba en la tapa del water.- ¿Margie?- preguntó al ver que no le contestaba.

-Pero ese no era el plan…

Viv gimió –Lo sé. .. pero nos dio un arrebato y ya no paramos.

-Es la tensión acumulada después de tu crisis de ansiedad- explicó su amiga mientras Viv levantaba una de sus finas cejas.- ¿Te ha dicho que te quiere?

-No.

-O sea, que sigue en sus trece.

-Sí.

-Tienes que hablar con él, Viv- dijo su amiga firme- Dile que quieres saber lo que él quiere de ti. Que te deje las cosas claras. O te quiere o no. Que no estás para perder el tiempo.

Viv cuadro los hombros con fuerzas renovadas.- Y si no quiere tener una relación contigo, ¡corta de raíz! Amenaza con alquilar un apartamento para ti.

Frunció el ceño- ¿Tú crees?

-Si puede acostarse contigo cuando quiera sin compromisos ¿para que se va a comprometer? Tienes que presionarle un poco.

Viv asintió con energía- Tienes razón.

-Llámame cuando puedas. ¿Sabes que hoy me ha dado mi primera patada?

-Oh... ¿de verdad?- Viv sintió envidia- ¿Cómo ha sido?

La puerta del baño se abrió lentamente para ver a Scott mirándola divertido. Mientras su amiga hablaba, ella tapó el teléfono- Le ha dado su primera patada- dijo ilusionada con los ojos brillantes.- ¿Te dolió?

-Bueno, fue una sensación un poco rara- su amiga se reía y Viv la escuchó sonriendo.

-Debe ser maravilloso- no pudo disimular el deseo en su voz de vivir la experiencia.

-Ya te tocará...- dijo su amiga animándola- De momento tienes al mío para entretenerte. Serás una tía estupenda

Viv miró a Scott que la observaba preocupado- Margie, te llamo mañana.

-Vale, acláralo todo...

Se levantó cerrando la tapa del teléfono – ¿Ya ha acabado la película?

-¿Por qué te metes en el baño para hablar con Margie?

Viv pasó a su lado y fue hasta el salón- Hay ciertas cosas que nos gusta hablar en privado- dijo como si nada mientras cogía su arroz frito a las tres delicias.

Él en pantalón corto se sentó a su lado y le acarició la nuca distraídamente-¿Qué cosas os podéis decir que yo no pueda escuchar?

Viv se encogió de hombros- Seguro que tú hablas con tus amigos de cosas...

-Pues no…- Scott frunció el ceño- bueno tal vez.

Ella miró la enorme pantalla de televisión y siguió viendo la película- ¿Quieres tener hijos? – preguntó de pronto sin poder evitarlo.

Scott sorprendido la miró como si tuviera dos cabezas.- Ya veo que no –disimulando su disgusto se metió arroz en la boca y masticó con fuerza.

-No es que no quiera tener hijos- dijo él separándose de ella un poco.

- Es que todavía no te apetece.

Scott sonrió- Eso.

Viv le miró con los ojos entrecerrados- ¿Qué esperas de mí, Scott?

-Ya me lo veía venir…- murmuró él levantándose del sofá.

-Tengo derecho a saberlo ¿no?

-¿No podemos disfrutar de esto un poco? ¿Tienes que encajonarlo todo?- Scott parecía frustrado- ¡Eres muy joven, Viv!

A ella se le cayó el mundo a los pies- Yo no puedo perder el tiempo, Scott...

-Estás bien, Viv –dijo el acuclillándose delante de ella – No tienes que vivirlo todo deprisa.

Viv le miró a los ojos- Sí tengo, Scott. Tengo que vivir lo que pueda. Mi corazón no es nuevo sólo está reparado y no quiero perder ni un minuto.

Él se levantó y fue hacia el ventanal. Miraba al exterior con expresión dura- No quiero que por tus prisas cometas un error, Viv. Como te dije hace días, creo que deberías vivir un poco antes.

Ella estaba indignada- ¿Me crees tan descerebrada que no sé lo que quiero?

-Creo que estás confundida. Has pasado de estar muy enferma y de casi no tener esperanzas pasas hasta querer conseguirlo todo a la vez. Deberías tomártelo con calma.

Viv suspiró, por lo menos no le había dicho que no la quería. –Entonces lo único que pasa es que no confías en mi criterio. –se levantó del sofá – y como tú dijiste sólo hay una manera de hacerlo.

Él se giró y levantó una ceja- ¿Qué quieres decir?

Se moría de la pena pero enderezó sus hombros –Si quiero aclarar las ideas como tú dices, tengo que alejarme de ti.- los ojos de Scott relampaguearon- Si me sigo acostando contigo y viviendo contigo, no llegaré a ningún sitio. Después de un tiempo sabremos la verdad, ¿no crees?

Él se envaró- ¿Vuelves a Nueva York?

-No – eso pareció relajarlo un poco- Pero me voy de aquí.

-¿Cómo dices?

Viv fue hacia su habitación- Voy a hacer las maletas.

-¿Se puede saber que coño estás diciendo? No vas a vivir sola- Scott en dos pasos la agarró del brazo deteniéndola.- ¿Y si te vuelves a poner enferma?

-Como tú mismo has dicho hace unos minutos, estoy bien- dijo ella soltando su brazo y mirándolo con lágrimas en los ojos, que ya no podía reprimir- Hablaré con papá. Él entenderá que los dos necesitamos intimidad.

Se volvió dejándolo allí con la boca abierta pues sabía que había caído en su propia trampa. Viv metódicamente preparó las maletas, mientras Scott andaba por el ático como un león enjaulado. De vez en cuando pegaba un portazo o soltaba un taco pero ella le ignoró.

Cuando terminó, vestida con unos vaqueros y un grueso jersey rojo llamó a un taxi. Salió al salón donde Scott enfadado miraba por la ventana- ¿Puedes ayudarme a bajar las maletas?

Su mirada al girarse era heladora, pero sin decir nada fue hasta su habitación y empezó a trasladar todas las maletas hasta el ascensor. Viv se lo comió con los ojos. La camisa blanca y los vaqueros que se había puesto le sentaban estupendamente. Al bajar al hall dejó las maletas en el portal donde el taxista ya estaba esperando. Viv mientras cargaban su equipaje se puso el abrigo. Scott se acercó a ella mirándola de tal manera que se le pusieron los pelos de punta- ¿Dónde estarás?- preguntó enfadado.

-Me voy al Sterling- dijo nerviosa- sólo hasta que encuentre apartamento.

Se la quedó mirando y Viv se mordió el labio incómoda - Bueno, hasta mañana.

Cuando se giraba el la cogió de la muñeca- Viv ¿estás segura?

-Es lo mejor para los dos- se soltó y fue hasta el taxi. – Al Sterling por favor. –A través del cristal vio como Scott se la quedaba mirando. Durante un segundo le pareció que él quería impedirle que no se fuera pero Viv se reprendió a sí misma. Si fuera así, la habría detenido. Le hubiera dicho que era idiota y que la amaba. Que no quería que le dejara nunca. Pero no lo había echo. No la amaba y tenía que aceptarlo.

Llegó al hotel y pidió una habitación. La soledad que la invadió al cerrar la puerta la hizo suspirar. Miró las maletas y se puso a llorar. –Joder, joder- dijo pasándose la mano por las mejillas desesperada. Tendría que haber mantenido la boca cerrada. Tendría que haber seguido disfrutando de lo que tenían sin pedir más. Era mejor tenerlo así a no tenerlo en absoluto. Todas esas ideas pasaron por su cabeza y cogió su bolso. ¿Debería tomar el ligero calmante que le habían recetado? Cogió una de las pastillas y se la metió en la boca. Mejor prevenir que lamentar. Abrió una de las botellas de agua mineral del minibar y se la bebió entera.

Paseó por la habitación pensando en que hacer para solucionar aquel lío. Cogió el móvil y llamó a Margie- Desastre total- dijo sorbiendo la nariz en cuanto descolgó.

-Espera un segundo está en el baño- dijo el marido de Margie.

Impaciente empezó a dar golpecitos con el pie en el suelo- ¿Viv?

-Ha ido todo fatal.

-Pero ¿qué ha pasado?

-Le pregunté que si quería tener hijos y todo se desencadenó. Dice que quiero vivir demasiado deprisa. Que no conozco mis sentimientos…yo que sé, estoy hecha un lío. Al final me he venido a un hotel.

-Debe de tener un cabreo de mil demonios- dijo su amiga riéndose.

-Por Dios ¡Margie no sé que hacer!- exclamó angustiada

-Relájate- le dijo su amiga muy seria- No queremos que te pongas enferma otra vez ¿no?

-No, ya me he tomado un cálmate.

-Muy bien. Cuéntame exactamente vuestra conversación.

Viv intentó ser lo más exacta posible.- Este hombre es idiota- dijo su amiga frustrada.

-Ya, ¿y ahora qué?

-Tienes que continuar, tiene que ser Scott quien dé el siguiente paso, Viv.

Viv miró el teléfono como si estuviera loca. Se lo colocó en la oreja y dijo histérica- ¡Sino ha dado un paso en ocho años no lo va a dar ahora, Margie!

-Sí que lo ha dado, pero no nos habíamos dado cuenta- le dijo como si fuera tonta.

-¿A sí?

-Se fue a Londres para no hacerte daño y volvió a toda prisa cuando se enteró que te ibas a operar, preocupado por ti...

-Y pasó de mí seis meses, trayéndose cuando volvió a una novia falsa para evitar que yo pudiera seducirle.

-Te llevó a Londres con él y se acostó contigo…varias veces. ¡Si no ha resistido ni cuatro días en volver a llevarte a la cama!

Viv hizo una mueca- Sigue con tu vida, vete a trabajar, sal con moderación y te aseguro que será Scott el que te busque a ti.

-Ni que yo fuera irresistible.

-¿Quieres apostar?- preguntó su amiga riéndose- Sino busca una excusa para que estéis a solas en una semana…Te compraré ese abrigo de Stella McArny que te gustaba.

-¿Y si pierdo?

-Me lo comprarás tu a mí-dijo riéndose- Esto es como robarle el caramelo a un niño.

Viv sonrió muy a su pesar – Tan segura estás ¿eh?

-Tanto que estoy a punto de subir la apuesta- dijo maliciosa.

-No, gracias. Mi sueldo no da para tanto- dijo riéndose.

-Un besito. Te dejo que me están esperando.

-Vale, te llamo con lo que sea.

 

Se pasó toda la tarde viendo la tele. Llamó a sus padres y habló un rato con ellos. No le costó nada convencer a su padre para alquilar un apartamento. Sabía que no estaba del todo contento con el arreglo anterior y casi se sintió aliviado. Su madre fue otra historia porque aquello iba en contra del plan inicial. Además estaba preocupada por si le pasaba cualquier cosa estando sola. Empezó a decir que las habitaciones de hotel no eran seguras y un montón de cosas más. Al final claudicó y Viv sintió alivio.

Inició la búsqueda por Internet de pisos en alquiler y encontró uno cerca del trabajo que no estaba mal. Decidió llamar y afortunadamente se lo cogieron, concertando una cita para el día siguiente.

Pidió algo de cena al servicio de habitaciones y se acostó temprano.