Capítulo 8

 

 

 

 

 

Fue hasta la sala y encendió la televisión, cambió de canal hasta que oyó como se cerraba la puerta principal. Se dejó caer derrotada en el sofá pero no lloró. Cuando sonó el timbre del horno, se obligó a levantarse y a servirse la cena. Cenó sin ganas y recogió la cocina mecánicamente. Apagó las luces  y se metió en la cama. Cuando cayó la primera lágrima ya no se pudo controlar. El sonido del móvil la volvió a la realidad y miró la pantalla antes de descolgar. Era Margie. Dudó, pero al final descolgó limpiándose las mejilla- Hola- saludó con la voz entrecortada.

-Viv ¿qué pasa?- preguntó su amiga alerta.- ¿estás bien?

Tragó saliva antes de contestar- Sí, estoy bien.

-Me estás mintiendo. Dime lo que te pasa sino quieres que me plante en Londres.

Reprimió un sollozo y todo se precipitó. Le contó lo que había pasado y su amiga escuchaba en silencio sin interrumpirla. –Tranquila, Viv- dijo su amiga cuando terminó. De repente se echó a reír y Viv alucinada miró el teléfono- Todo esto sólo representa lo idiotas que pueden ser los hombres. El mío también se resistió al principio, pero cayó como todos. Se hacen los duros. Debe ser genético. Hay que partirles el brazo antes de que reconozcan que sienten algo por ti.

-¿De verdad?- estaba tan sorprendida que no sabía que decir.

-Escúchame atentamente- dijo su amiga muy seria- Llevas en Londres dos días y ya te ha llevado a la cama. Eres amiga de toda la vida. Nuestras familias son íntimas. Una relación esporádica contigo sería muy peligrosa. Si sólo quisiera echar un polvo podría hacerlo con cualquiera ¿Por qué acostarse contigo? Además eras virgen. –su amiga se echó a reír- Si se acostó contigo es porque no pudo evitarlo, simplemente eso. Ni física, ni mentalmente pudo evitarlo. Tuvo que ser algo tan fuerte, que sólo pudo dejarse arrastrar. ¿Dónde está ahora? Apuesto a que ha salido corriendo.

Viv se echó a reír- Pues sí. A dicho que volverá tarde.

-Bueno, es lógico. No sabe por donde vas a salir y está de los nervios.

-¿Qué hago ahora, Margie? –preguntó nerviosa- Nunca me he encontrado en una situación parecida.

-Te desea intensamente y te ha dicho que te tiene cariño- Margie bufó- Se espera que estés enfadada con él. Tú tienes que comportarte como si no hubiera pasado nada. ¿No quiere que conozcas a otros? Pues sal con otros, pero tienes que volverlo loco sexualmente. Ponte sexy, arrebatadora. Que te desee más que a cualquier cosa del mundo. Si se acerca a ti, déjate querer pero no te entregues. Dile que has pensado todo lo que él te dijo y que estás intentando aclarar tus ideas como él te ha dicho que hagas.

Viv frunció el ceño- ¿Crees que eso funcionará?

Margie se echó a reír- Casi me da pena y eso que es mi hermano y le quiero con locura. Pero esto está siendo tan fácil que es de libro.

-¿Si salgo con otros no le estaré dando la razón y perderá el interés?

Pareció que su amiga dudaba pero al final dijo- No. Que se haya acostado contigo demuestra que Scott no pudo evitarlo. Sino sintiera nada por ti, nunca lo habría hecho. Por otro lado puede que sólo tenga dudas de lo que tú sientes, por todo lo que has pasado en tu vida…pero con sólo decirle que le estás haciendo caso, se volverá loco.

Viv sonrió- Menos mal que has llamado, me encuentro mucho mejor después de hablar contigo.

-Te quiero, llámame si no te encuentras bien de ánimos. ¿Usasteis protección?

Se sonrojó y no dijo nada por la sorpresa- ¿Viv? No puedes quedarte embarazada hasta dentro de seis meses, dime que usasteis algo.

-Sí, Margie- dijo en un susurro- Es que me sorprendió la pregunta...

Su amiga se echó a reír- Cielo, en ciertas cosas eres todavía muy joven. Pero tranquila, te pondrás al día muy deprisa.

Estuvieron hablando mucho rato y cuando Viv se acostó se sentía mucho mejor. Puso el despertador para las siete menos cuarto y cerró los ojos sonriendo.

 

Al día siguiente se levantó contenta, pero se entristeció un poco al ver que Scott no estaba en casa. ¡No había dormido en casa! Decidida y algo enfadada comenzó a vestirse. Unos vaqueros de diseño y un jersey verde que resaltaba el color de sus ojos. Decidió desayunar con Sara y cogió las llaves saliendo del apartamento. Se encontró con Scott en el hall, que parecía que había dormido en un banco en el parque. Viv le miró sorprendida- ¿Has estado de juerga?

Estaba muy tenso y no la miraba a los ojos -¿Dónde vas?- preguntó él mirándola de arriba abajo.

Viv sonrió – Me voy a desayunar con Sara- se giró y se puso andar- Hasta luego –dijo alegremente.

En la puerta estaba Reginald- Buenos días, señorita Brams.-la saludó, mirándola con adoración.

-Buenos días. Uff, parece que hace frío- dijo mirando hacia fuera.

-¿Quiere que le pida un taxi?- preguntó solícito.

- No gracias, me apetece caminar.-respondió con una maravillosa sonrisa poniéndose unos guantes.

Por el rabillo del ojo vio que Scott la seguía mirando- Hasta luego-dijo despidiéndose del portero.

-¡Que pase buen día!

Desayuno con su nueva amiga y  cinco minutos antes de la hora ya estaba en su puesto de trabajo. Se puso la bata saludando a sus compañeros  y empezó a trabajar. Estaba repartiendo el correo cuando un joven de su edad la alcanzó- ¡Perdona!- dijo el chico rubio vestido en vaqueros y camisa de cuadros. Se acercó a ella corriendo con un cilindro enorme en la mano-¿Puedes llevar esto al señor Phillips al último piso? Los están esperando.

Viv sonrió –Claro –cogió el cilindro y lo puso en el carrito.

El chico la miró a los ojos-¿Eres nueva?

Viv alargó la mano –Me llamo Vivianne. Pero todos me llaman Viv

-Roger- respondió estrechándole la mano- ¿Te gusta esto?

-Sí, pero sólo es algo temporal.- Viv observó su pelo rubio y su encantadora sonrisa. Debía tener un par de años más que ella.

-¿Quieres ir a tomar un café al salir para conocernos un poco?- preguntó algo nervioso- Como amigos

-Claro, ¿te espero a las cinco en el hall?

-Allí estaré- dijo él sonriendo abiertamente.

Subió al último piso. Nunca había subido a ese piso. Era la hija de un dueño de la empresa y sin embargo se sentía algo intimidada. Se acercó a una de las mesas y preguntó por el despacho del señor Phillips. Al pasar se fijó en una gran puerta al fondo donde una placa dorada señalaba que era la dirección. Allí estaba Scott y las pulsaciones se alteraron sin querer. Encontró el despacho y llamó a la puerta- ¿Señor Phillips?- un hombre de unos sesenta años levantó la vista de su enorme mesa.

-¿Sí?- preguntó mirándola de arriba abajo reconociéndola como repartidora de correo- ¿me trae algo?

Viv sonrió y entró en el despacho con el cilindro en la mano- Me han pedido que le traiga estos planos

El hombre levantó la ceja divertido-¿Y cómo sabe que son planos?

Ella se echó a reír levantando el enorme cilindro- Mi padre es arquitecto. Estoy acostumbrada a verlos.

-Entonces deben de serlo – respondió amablemente. Se levantó y cogió el cilindro- Muchas gracias

-De nada- dijo yendo hacia la puerta.

-Si tu padre es arquitecto ¿cómo es que estás repartiendo el correo? ¿No has encontrado un trabajo mejor?- la manera en que se lo preguntó no la ofendió en absoluto. Su tono demostraba un interés amable.

Viv se giró- No he podido estudiar, así que no estoy preparada para hacer nada…

Él la miró con interés-¿Cómo te llamas?

Ella se acercó y extendió la mano- Vivianne Barms.

El hombre levantó una ceja estrechando su mano- Eres la hija del jefe.

Se encogió de hombros- Pues sí.

-Conozco tus problemas y me parece admirable como te has recuperado- su tono de voz la hizo emocionarse- Me recuerdas a mi hija...- dijo distraído en sus pensamientos y a Viv le pareció que eran muy tristes. De repente la volvió a mirar sonriendo- Así que eres hija de un arquitecto y no de uno cualquiera. Seguro que estás harta de ver planos.

Viv asintió viendo como abría el cilindro.- Ven, dime que ves aquí.

Ella se acercó encantada de hacer otra cosa. El señor Phillips extendió los planos sobre la mesa quitando un ordenador portátil del medio. Ella pudo ver la fachada de un edificio de cuatro plantas. De cristal, totalmente sin vida. Parecía que los hacían en serie. Acercándose más a la mesa levantó la primera hoja, viendo planta por planta la distribución del edificio. Bufó al ver los huecos de las habitaciones. Diez pisos por planta. Cuarenta pisos que parecían cajas de zapatos. Incluso los baños estaban mal colocados, sin ser funcionales.- ¿Qué opinas?- preguntó él mirándola atentamente

-¿La verdad?- preguntó levantando una ceja.- ¿Es un encargo o es nuestro?

El hombre sonrió –Es nuestro.

-Así que tenemos libertad de acción. ¿Por qué hemos hecho esto? ¿Quién ha dado las directrices?

-Haces preguntas muy inteligentes- dijo él hombre apoyándose en el escritorio y cruzándose de brazos – No quieres decir nada hasta conocer los detalles.

Viv levantó una ceja sonriendo, mientras seguía mirando los planos.- Las directrices las ha dado el jefe de arquitectos, Mark Higgings. El solar es nuestro y con la crisis inmobiliaria, se consideró hacer pisos...

-Más baratos y más pequeños- terminó ella por él.

-Bueno ¿me das tú opinión?- preguntó divertido

-Es horrible- dijo ella  sentándose en el borde de la mesa - La fachada de cristal es insulsa. Los pisos están mal distribuidos y son demasiado pequeños. No estoy de acuerdo en hacer cosas en serie, como si fueran pisos de protección oficial. Si una empresa quiere sobrevivir debe ser original. Este proyecto no tiene vida, nada por lo que se nos reconozca como constructores. Aunque casi más vale que sea así, si esto es lo que construimos.

El señor Phillips se echó a reír y en ese momento apareció Scott en la puerta. Si se lo hubiera propuesto no lo habría sorprendido más.- Simon…-dijo Scott llamando la atención de su empleado- veo que has conocido a Viv.

El señor Phillips asintió sin dejar de sonreír- Es una joya. Acaba de destrozar el proyecto cuarenta y dos sin despeinarse.

-¿De verdad?- preguntó acercándose a la mesa- ¿y eso?

Viv se puso nerviosa con su mirada pero no se achicó. Al fin y al cabo también era su empresa- Es feo, en serie, barato y sin ningún gusto. Está mal distribuido y es pequeño. No tiene vida.

-No tiene vida- repitió él como si estuviera loca.- Son cuarenta pisos que nos reportaran muchos beneficios.

-Acaba de hablar el economista que llevas dentro, pero eso no quita que ese edificio sigue siendo horrible. –dijo ella sin bajarse de la burra.

-Escúchala Scott, me parece que no va desencaminada. El mercado ha caído mucho y ella opina que hay que hacer cosas originales para destacar de las otras constructoras, no hacer lo que todos.

-Muy bien –dijo mirándola intensamente- convénceme.

Lo dijo de tal manera que a Viv le pareció que no hablaba de los planos precisamente, pero lo dejó pasar mirando el escritorio. –Bueno, no he visto el entorno así que dejaré la fachada- pasó a la primera planta.- Por lo que he visto todas las plantas son exactas excepto la última, que tiene una salida al tejado. Así que da igual la que elija.-señaló uno de los pisos- Estos pisos de dos dormitorios por lo que puedo ver, son minúsculos y muy incómodos. Por Dios, si apenas cabe una cama de matrimonio en el dormitorio principal.- señaló el único baño de la casa- ¡el cuarto de baño sólo permite tener una ducha amplia! ¡Ninguna mujer estaría cómoda en una casa así!- Señaló un salón que era en forma de ele, para poder incorporar la cocina – ¿Quién viviría en un salón que para colocar el sofá, tienes que cerrar el paso a la cocina?

Levantó la vista para ver que Scott fruncía el ceño, mirando lo que ella consideraba graves errores. –Puede que se vendan pero no serán cómodos y nadie vivirá ahí mucho tiempo. Dentro de cincuenta años lo derruirán porque habrán pasado por allí mil inquilinos que no se preocupaban por él y se deteriorará prematuramente.

Simon se echó a reír- Impresionante.

Scott la miró pensando en ello. –Ya hablaremos de esto.

Viv sonrió y dijo resueltamente- Me voy a mi trabajo. Tengo cosas que repartir…

-Hasta luego, Viv- se despidió Simon.

Los dejó solos y cogió su carrito. Se sentía bien. Había dicho lo que pensaba y se sentía estupendamente. Como si su opinión fuera importante.

Cuando llegó al sótano con el carrito vacío, fue hacia el montón de papeles para sacarlos al reciclaje. Estaba a la mitad cuando Wilkins se acercó a ella- Lleva una caja de folios a la fotocopiadora del segundo piso.

Viv sonrió- Ahora mismo.-Cogió el carrito y se acercó donde las cajas estaban apiladas. Cada caja de cartón llevaba dentro diez paquetes de folios de quinientas hojas. Pesaba bastante y la cogió con ambas manos moviéndola con esfuerzo hasta llegar al carrito.- ¿Pero qué coño estás haciendo?

Viv se sobresaltó dejando caer la caja al suelo. Miró a Scott, que estaba furioso mirándola- ¿Por qué estás haciendo eso?- gritó mirando a su alrededor. Todos sus compañeros los miraban.- ¿Es que no hay aquí bastantes hombres para hacer ese trabajo tan pesado?

Ella se sonrojó por ser el centro de atención y miró a su alrededor viendo que sus compañeros se movían incómodos. El señor Wilkins llegó hasta ellos nervioso- Señor ¿ocurre algo?

-¿Por qué le manda a una mujer hacer un trabajo así?- preguntó Scott suavemente.

Viv gimió porque sabía que estaba a punto de explotar y el señor Wilkins se llevaba todas las papeletas.

- Usted me dijo que hiciera el trabajo que se hace aquí y eso forma parte del trabajo.-contestó el hombre sonrojado.

Scott lo taladró con la mirada- Me da la sensación que ha querido castigarla por ser mujer y porque yo la he enviado a trabajar aquí y no me gusta esa sensación.

El hombre se sonrojó todavía más- No señor, no le he mandado hacer nada que no hubieran hecho los demás.

-¿Ni siquiera sacar el papel al reciclaje? ¿Cuando eso lo hacen los de la limpieza?

Viv abrió los ojos como platos ¡Sería cerdo el viejo! Le había ordenado hacerlo para que no saliera a su hora.

El hombre se enderezó- A veces también lo hacemos nosotros, señor.

-La discriminación sexual es un delito, señor Wilkins. Y ese comportamiento no voy a tolerarlo, bajo ningún concepto. Tiene suerte que la señorita no le eche inmediatamente de esta empresa- dijo Scott sonriendo peligrosamente- aunque yo estoy a punto...

-¿Ella echarme a mí?- preguntó sorprendido e indignado.

-¿Es tan estúpido que no se ha dado cuenta de que se apellida Barms?- dijo Scott con desprecio.

-Scott…-interrumpió Viv al fin y al cabo tenía que seguir trabajando allí.-déjalo, no pesa tanto.

La fulminó con la mirada- Ya hablaremos tú y yo. ¡Tenías que haberme dicho esto antes!

Viv se enderezó sonrojada.

El hombre ya debía haberse dado cuenta que era la hija del jefe. Totalmente sonrojado la miró disculpándose, aunque Viv sabía que sólo lo hacía para no perder su trabajo- De verdad que no pesa tanto. Lo que pasa es que es voluminosa- dijo arrodillándose. Antes de que la volviera a coger, un compañero que siempre había sido amable con ella la recogió del suelo poniéndola sin esfuerzo en el carrito.

Viv sonrió a Scott- ¿Ves?

-¡Quítate esa maldita bata y recoge tus cosas! ¡No te quedas aquí ni un segundo más!- Scott volvió a mirar a señor Wilkins- Y usted ándese con ojo. La próxima vez que reciba una queja de su comportamiento con mis empleados, saldrá de aquí cagando leches.

Viv avergonzada fue hasta su taquilla quitándose la bata. Cogió su abrigo y su bolso yendo después hasta donde la esperaba Scott impaciente. –Vamos, trabajarás en otro departamento.

Fue hasta el ascensor sin dirigirle la palabra. Scott pulsó el segundo piso y ella apretó su abrigo.- No tendrías que haberlo hecho así. Le has humillado delante de todos- susurró ella.

-Encima no le defiendas- dijo él exasperado.

-Si hubiera sido otro empleado, no hubieras dicho nada.

-Si se lo hubiera hecho a otra mujer, hubiera reaccionado de la misma manera.- dijo él zanjando el tema.- Ahora olvídate y céntrate en tu nueva tarea.

-¿Qué es?- preguntó saliendo del ascensor sin mirarlo.

-Ahora te lo explico- la cogió del brazo y la guió entre las mesas de los empleados hasta un despacho. Abrió la puerta y Viv vio que estaba vacío. –Haré que alguien te traiga lo que necesitas.-Scott cerró la puerta y la miró con sus maravillosos ojos grises. Se apartó apoyándose en el escritorio.- A partir de ahora quiero que revises todos los planos que todavía no están aprobados por el ayuntamiento para descubrir defectos. Cualquier cosa que creas que no está bien hecha, la señalas le pones un número y haces un informe de porque consideras que no debería ser así y como debería ser.

Los ojos de Viv brillaron de alegría- ¿De verdad?

Scott sonrió al verla feliz- Los informes me los enviarás a mí y seré yo el que considere si es apropiado un cambio.

Asintió escuchándolo atentamente.-Cualquier cosa que necesites la pides a alguna de las secretarias.

Viv miró a su alrededor. ¡Tenía despacho! ¡E iba a realizar un trabajo que le gustaba! No tenía ventana, pero no podía ser todo perfecto ¡Era fantástico! Estaba deseando contárselo a Margie. Dejó el abrigo en el perchero cuando Scott dijo- No lo dejes, que nos vamos a comer.

Viv sorprendida cogió el abrigo otra vez- ¿A dónde vamos?

Scott parecía molesto consigo mismo y Viv se dio cuenta de que se arrepentía .Que había sido un impulso.- ¿Estás seguro que quieres salir a comer?

-Sí, claro. Va siendo hora que veas algo de la ciudad- dijo abriendo la puerta otra vez.

Viv sonrió dispuesta a pasarlo bien- ¿Vamos muy lejos? Sólo tengo una hora.

Scott sonrió- Vamos a un restaurante al que voy a menudo. Te gustará.

Cogieron un taxi y la llevó a una marisquería. Viv se miró los vaqueros. Para una vez que se vestía de sport, iba él y la invitaba a comer. El ambiente era muy bueno y los sentaron enseguida. Viv sonriendo cogió la carta que le ofreció la camarera y se puso a leerla. Estaba muerta de hambre.- Uh, no se que pedir. Hay tantas cosas ricas…

Al ver que Scott no contestaba, levantó la vista para encontrarse con su mirada. Lo tuvo claro, esta era una comida para darle la charla. Y había escogido un restaurante para que ella no le hiciera un drama.- Creo que voy a pedir el salmón a la plancha con langostinos ¿Qué opinas?

-Te gustará- respondió distraído.

-¿Sabes? –dijo dejando la carta a un lado- He estado pensando en todo lo que me dijiste ayer…

Eso centró toda su atención y la miró con desconfianza-¿En serio?

Viv sonrió- Sí, y creo que tienes razón. –cogió la servilleta y se la colocó sobre sus rodillas- En realidad no he vivido nada. Sólo hace unos meses que he empezado a saber de verdad lo que es la vida.

Scott asintió cogiendo su copa de agua- Siempre me he centrado en ti-dijo algo avergonzada- también eras el único hombre en mi órbita y supongo que es lógico que me interesaras.

-Es exactamente lo que te quería hacer entender ayer- dijo él aliviado. Scott se apoyó en el respaldo de la silla, como si le hubieran quitado un peso de encima y Viv se mordió la lengua para decirle que era imbécil.

-Claro que yo siempre he creído que estaba enamorada de ti, pero puedo estar equivocada. Así que he decidido hacerte caso- cogió un trozo de pan y se quedó en silencio esperando su reacción.

- ¿Y qué vas a hacer?- preguntó poniéndose alerta.

Viv sonrió como una niña- Voy a salir con otros hombres y puede que me acueste con algunos ¿Qué opinas?

Sino hubieras sido por la vena que le latía en la sien, Viv hubiera pensado que le daba igual – Te quieres acostar con otros.

Ella miró sus labios que parecían ligeramente crispados. Se moría por besárselos. Afortunadamente llegó la camarera para tomarles nota. Impaciente Scott le dijo lo que querían.

Cuando los dejó solos continuó- No me acostaría con todos, claro- dijo como si nada

-Claro.

-Sólo con los que me gustaran físicamente lo suficiente- se lo estaba pasando estupendamente. Disfrutando de verdad viendo como Scott se revolvía en su silla como si estuviera incómodo- Y ya he hecho cálculos.

Scott levantó una ceja- Esto cada vez me intriga más.

Viv sonrió y prosiguió mientras partía otro trozo de pan- Bueno…por las experiencias de mis amigas y conocidas, calculo que la media está en unos siete hombres.

Él la miró como si estuviese loca- Quieres acostarte con siete y ¿para qué si se puede saber…?

-Pues para saber si estoy enamorada de ti ¿para qué sino?- le dijo como si fuera tonto.-aunque creo que lo sabré antes.

-¿Y de qué te serviría saber si estás enamorada de mí si yo no quiero tener nada contigo?- preguntó desconfiado.

-Para desenamorarme de ti, tengo que saber que lo estoy primero- explicó con lógica- sino lo estoy y me enamoró de otro asunto arreglado.

Scott bebió un trago de vino sin quitarle la vista de encima-¿Y que harás si después de salir con esos hombres y de acostarte con algunos, sí estás enamorada de mí?

Viv se encogió de hombros- No lo sé todavía. De todas formas tú has dicho que no es así y te creo. Tienes mucha más experiencia que yo en estas cosas…- dijo inocentemente.

Él murmuró algo por lo bajo que Viv no llegó a entender. – ¿Quieres que te vaya contando las novedades? – preguntó a punto de partirse de risa.

-No, gracias- Scott bebió de golpe su vino e hizo una seña a la camarera. 

Viv frunció el ceño- ¿No trabajas por la tarde?- preguntó después de ver que pedía que le llenaran la copa otra vez.

-Sí pero no te preocupes, dos copas de vino no me emborracharán- dijo irónico.

-¿Así que no quieres que te cuente nada?- Viv volvió a la carga mientras les servían la comida- Uff, esto tiene una pinta estupenda.

-No creo que sea buena idea, Viv- dijo entre dientes.

-Pero así tendré un punto de vista masculino- protestó ella- No he tenido hermanos y no sé muy bien como funciona vuestra mente

Scott se mantuvo en silencio sin tocar su comida, mientras ella la empezó a devorar.- No sé que quieres que te cuente. Cada uno pensamos de manera distinta.

-¿De verdad? Pues mi madre y Margie no hacen más que decir que los hombres son cuadriculados.

Scott puso los ojos en blanco.

Viv dejó el tema y se decidió por otro- ¿Por qué simulaste que Miranda era tu prometida?

-No simulé nada.

-Pero todo el mundo lo dio por sentado y no dijiste nada- dijo ella dulcemente- Yo no dejaría que alguien se pasara por mi prometido. ¿Por qué se prestó ella a eso?

Scott miró a su alrededor y dijo en voz baja- Miranda estaba pasando por ciertos problemas con Martin y decidió desaparecer una temporada. Yo me ofrecí a que se viniera a mi apartamento de Nueva York. Eso es todo ¿ahora podemos dejar el tema?

Viv se metió un trozo de salmón en la boca. Lo masticó y tragó mirándolo pensativamente- Ya, pero eso no explica porque simulaste que era tu prometida...

-Joder Viv, lo hice para evitar esto- dijo él a punto de explotar.

Como ya se lo imaginaba, no la cogió por sorpresa. Pero le había gustado que lo hubiera admitido- ¿Por eso dejaste de mandarme mails después de mi operación? ¿Para que no me lanzara a tus brazos?

-De la manera que lo dices suena horrible- dijo él apartando su plato casi si tocar.- Me porte mal ¿vale? No me comporté como lo hace un amigo y me siento fatal.

Viv sonrió y cogió su mano por encima de la mesa- No te preocupes, Scott. Lo entiendo todo ahora…de verdad.

Scott apartó su mano y se enderezó- Me alegro que todo quede aclarado. Me ha quitado un peso de encima.

-Yo también me alegro- Tenía ganas de gritar hasta dejarlo sordo y sin embargo aparento serenidad.- ¿Vas a querer postre?-él la miró con los ojos entrecerrados desconfiando- Me apetece un poco de tarta de chocolate.

-Viv..- le advirtió – sabes que no puedes.

-Un poco no me matará –dijo levantando el brazo para llamar a la chica.

Scott la observó mientras ella disfrutaba del dulce tomándose un café- Está buena ¿eh?- preguntó divertido.

-Maravillosa –dijo para después chupar la cucharilla. Scott le miró la boca atentamente y Viv desvió la mirada para lamerse el labio inferior. Levantó la cucharilla con un trozo de tarta-¿Quieres?

Scott se acercó lentamente mirándola fijamente a los ojos y Viv le acercó lentamente la cucharilla. Él abrió la boca mientras Viv se la metía lentamente en la boca. Fue algo tan erótico que a Viv le faltó el aire. Se alejó de él mientras miraba sus labios y sin querer lamió sus propios labios. Desvió la vista rompiendo el contacto y carraspeó un poco-¿Pedimos la cuenta? –preguntó sintiendo un calor que la hizo beber agua.

-Sí – respondió ronco e incómodo en su silla.

Después de que él pagara la cuenta volvieron a la oficina en silencio, sumidos en sus pensamientos. Al llegar al ascensor Scott la sacó de su ensoñación preguntando- ¿Te espero a las cinco abajo?

-Oh- Viv le miró incomoda- Pues no.-antes de que él preguntara el porque ella dijo rápidamente- He quedado.

Scott se enderezó- ¿Con quién?

Afortunadamente se abrieron las puertas del ascensor- Ya te diré- dijo ella sonriendo- Hasta luego- salió de allí rápidamente soltando el aire que había estado conteniendo. Sonriendo fue hacia su despacho.